lunes, 14 de julio de 2008

Entrevista sobre Saber Perder

De Helena Hevia en El Periódico,
-->Para el escritor y director de cine David Trueba (Madrid, 1969) existe un número mágico, el cuatro, aunque no sepa muy bien decir el porqué. "Quizá porque nací en Cuatro Caminos", aventura con guasa. Y es que cuatro eran los amigos de su segunda y muy celebrada novela, y cuatro vuelven a ser los personajes de Saber perder (Anagrama).
"Escribo para clarificar el mundo y cuando acabo un libro el resultado sigue siendo confuso para mí", admite con su característica y divertida resignación en la presentación de la obra. Pero a pesar de todo, con sus frases de "anciano sabio chino", como las define su editor, alguna que otra certeza sí tiene. "Vivimos en una época en la que que el triunfo y la fama se consideran como la perfección misma. Es una idea que comparten, incluso, personas sensibles e inteligentes. Pero nos olvidamos de las tensiones y, a menudo, de la imposibilidad que conlleva llegar a esa perfección con los materiales imperfectos de los que estamos hechos". Así que Trueba, el sabio chino, propugna una felicidad zen cargada de sentido común y hecha de fracasos menores. "La vida está llena de pequeñas derrotas de las que hay que saber levantarse. De hecho, vivir es saber perder". Y, según el autor, la mejor fórmula para no acabar convertido en lo que no querías ser.
Siguiendo un consejo que alguien le dio un día, Trueba no se pone a escribir si no tiene un título, y en este caso era capital partir de esa idea que es como la espina dorsal de la obra. "En la novela hay un juego y un jugador. Se trata de una crítica de cómo el lenguaje deportivo ha calado en nuestras vidas".
Al autor le interesan las edades extremas tanto en sus películas como en sus novelas. Los muy jóvenes --"la adolescencia es como un teatrillo en el que no acaba de empezar nunca la obra"-- y los ancianos. "Mi padre me tuvo muy mayor y por eso me entiendo bien con los viejos. Tienen una gran lucidez. Hay dos clases de viejos: los que dicen que todo lo que se hacía antes era mejor --lo que es absolutamente falso-- y aquellos que se emocionan con lo que hacen los jóvenes que les rodean. Ese es el tipo de viejo que me gustaría ser. Un viejo vivo frente a los aspirantes al museo". Fernando Fernán Gómez, cuya evocación surge una y otra vez durante la conversación --"le admiraba porque era el antimárketing personificado"--, y el guionista Rafael Azcona son para el pequeño de los Trueba algunos de esos viejos vivos a los que le gustaría parecerse.
Con cinco películas en su haber y tres novelas, se declara monógamo sucesivo con respecto al cine y a la novela, que cultiva sin revolverlas, en departamentos estancos. "Cuando estoy dirigiendo no escribo una sola línea, y al revés". Tampoco tiene ganas de que ninguna de sus novelas acabe en la pantalla. Y pone este ejemplo: "La literatura es como una acogedora casa aislada en el campo. Si construyeran al lado una pista de esquí, me fastidiaría mucho".

2 comentarios:

Siberieee εïз... dijo...

El libro está "sold out" en todas las librerías en las que he entrado. Seguiré buscándolo.

;p

Jordi Santamaria dijo...

Es normal dada la resonancia de este blog al incuír en él a su persona Siberiee.
Ya se lo pediremos a David Trueba, no desespere.
: D