domingo, 5 de octubre de 2008

Una bonita continua emergencia

Míster criticón se suele deshacer en elogios cuando algo le gusta. Hoy ha sido el caso.
Porque escasas veces uno ve una película en el cine y la volvería a ver unas horas más tarde. No me pidas que te bese porque te besaré tiene un título descarado que puede llevar a interpretaciones dulzonas. La película es una bestialidad.

Una bestialidad muy humana, y encharcada de talento. El culpable es Albert Espinosa- el creador- un tío ametrosexual, feo, desaliñado, con pierna amputada, joven, con cáncer media vida, sin pulmón ni medio hígado. Un tío, de mente maravillosa, superdotada en matices y conexiones entre historias, un fuera de serie por talento y de fábrica, fuera de muchos caminos mentales transitados requetemasificados-convencionales, con propia isla, huellas y continente.
Fuera de serie porque extrañamente cambia de matrices con-textuales de una forma súbita. Es capaz de deconstruir una historia en menos de un segundo como un castillo de arena bañado por el agua, mientras se forma otro de la nada (su mente) y aparece ahí de repente con sólo la bandera a coronar para ser rematada esta nueva trama. Una bonita continua emergencia.

La historia se engarza en el mundo de las personas especiales/disminuidas psíquicas. Conclusión/premisa mía: ¿muy fuerte no esto de englobar toda la psique en la disminución? ¿muy heavy no el cartel exclusivo de disminuidos a los de gañotas y tartamudeos, habiendo tanto minusválido emocional llenando las aceras? El alto, el bajo, el guapo, el feo, el rico, el pobre, el listo, el tonto. Los 8 adjetivos funcionales para dormir, comer, follar-trabajar.

Hay que estar allí en la butaca del cine para no perderse todo lo que una mente humana sólo puede retener horas después.
¿Resumen de la historia? Es un chico que va y sale de su casa y se encapricha en aprender a tocar la guitarra la última semana antes de casarse, entre otras cosas porque no quiere casarse, entonces le toca una clase con personas diferentes a él, que le impactan, y una compañera de clase le ayuda a tocar una canción que hubiese tardado 10 años en aprenderla.
Eloy Azorín aporta positivismo y sonrisa, el propio Albert Espinosa un personaje ultracómico y antiheroico, el profesor de guitarra una sobriedad extraordinaria, los 5 actores disminuidos son lo mejor de la película, lo más hilarante en años, el quid del mensaje, la veta y filón de la historia.

Por último destaco el personaje de Pol que me deja sin palabras.
Y el escenón-trama de la piscina con mesas maquetas del banquete. Plas plas plas