jueves, 10 de julio de 2008

Abelardo Belitre

Sigo enfrascado en la lectura de "Abierto toda la noche", donde ya he llegao a la segunda parte con lectura detallada. El rótulo de entrada ilumina que "el hogar es el único sitio abierto toda la noche", y esta novela versa sobre una familia.
Los Belitre, apellido con empaque. Familia en los 80 compuesta por un matrimonio con seis hijos varones y el abuelo, cuyo nombre es Abelardo Belitre y es el personaje que más me ha impactado y voy a subrayar aquí.

El abuelo Abelardo desayuna solo en las cafeterías, hablando y gesticulando. Habla con Dios cotidianamente. En su casa le tiene reservadísima una silla por si algún día le da por venir a comer.

Su culta, reposada, e intelectual esposa suele gritarle llanamente meapilas, cabronazo y lamedioses, pero el temperamental Abelardo le replica elaborando el insulto con: gran mujer venida a menos, gloria degradada de otros tiempos, o belleza ya putrefacta.
- Curioso como un matrimonio es la única habitación con vida propia, diferente e independiente, a las diferentes vidas que vivimos en otros lugares-.

Abelardo es, vehemente. Suelta bofetazos a testigos de Jehová en la puerta de su casa si balbucean algo poco potente sobre Dios. Pero sobretodo, mató a un amigo suyo en la cama de un hospital al arrebatarle el tabaco y quererle salvar la vida sí o sí, mientras su amigo se acababa de colapsar por el estrés gritando hijoputaa - Corrijo: no era ni amigo, sólo conocido -

Luego en el entierro se alzó protagonista con el micro y soltó su clásico poema que repetía en cada funeral.

-Es una persona con alto grado de psicoticismo, pero con una vida estable con toda esa fortaleza y potencia que da tener a un Dios en las posesiones de uno. Fortaleza de hierro a la vez que castillo de agua, porque es una fe violenta, forzada en los actos, vehemente. Es un cuerpo psíquico vacío con una armadura-esqueleto que lo mueve y que es el temperamento. Este ser es temperamento.-

El abuelo Abelardo encontró a su hijo terminando de recomponer la aleta antes de salir para el trabajo.-
-¿Funciona (el faro)? -preguntó el abuelo. El padre negó con la cabeza.
-Lo sabía. Nada de faro. "Yo soy la única luz en el desierto" Eso es lo que me ha dicho (Dios). Menos mal que el señor nos guía en la gran tribulación y nuestros coches no necesitan faros.
-Entonces rompo el otro también -ironizó el padre con visible enfado.
El abuelo afirmó y blandió el bastón en el aire antes de dejarlo caer sobre el otro faro
-Era una broma papá.
-No hay bromas con Dios -dijo el abuelo alejándose hacia el porche.

2 comentarios:

Jordi Santamaria dijo...

Este trozo peretenece a la pág. 40 del libro.
Abelardo hace venir a la cabeza a Leandro, el otro protagonista senil, en este caso de Saber perder.
Diferentes, coétaneos, quizás salidos de un mismo molde generacional.
En Cuatro amigos es Estrella el equivalente, pero este personaje merece una futura entrada por sí sola, porque es un personajazo como Abelardo. (Leandro no lo es tanto).

Por cierto, si se tuviese que llevar al cine Abierto toda la noche, se me ocurre que David Fesser lo podría hacer muy bien. Me huele que encaja y que esta familia es fesseriana.

Buenos días.

P.D: Javier Fesser coño!
Tuve que googlear para corroborarlo y añado que el segundo apellido de los Fesser es "Pérez de Petinto". Me mondó.
Y no sabía que un tercer hermano, Alberto Fesser, es promotor cultural. Hasta luego, lechones

Anónimo dijo...

Ola, what's up amigos? :)
I will be happy to receive some help at the start.
Thanks in advance and good luck! :)