Acabo de adecentar y decorar el espacio de este blog con algún toque personal, para así poder ser inagurado. Es una inaguración sin cóctel, silenciosa, y con muy pocos asistentes. Nuestros pasos se podrían ahora oír retumbar en esta sala. Perdón, que es una plaza pública.
Hace mucho sol. Nadie va vestido mínimamente elegante y todos llevan el libro de David Trueba en la mano o en la cabeza. La plaza es todo el suelo del libro, estas palabras son su pintura. el mobiliario, algún que otro concierto futuro... porque hoy por hoy sólo hay una llanura de cemento y este letrero que anuncia la construcción del espacio.
También solicito mano de obra. Necesito gente que se una por su filia a la novela y entre todos seamos coautores de esta plaza. Personas que como yo admiran su suelo y no quieren que la novela se acabe en su página 520. Y ojalá que la novela nunca acabe, que siga viva por mucho tiempo en esta plaza o en muchos otros lugares.
"El deseo trabaja como el viento. Sin esfuerzo aparente. Si encuentra las velas extendidas nos arrastrará a velocidad de vértigo. Si las puertas y contraventanas están cerradas, golpeará durante un rato en busca de las grietas o ranuras que le permitan filtrarse"
Cerca de 2020
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La nevera insiste
como una cigarra compulsiva.
Yo intento congregar
a los orfebres del lenguaje.
Aborto los versos y me reagrupo en modo prosa, una vez vis...
2 comentarios:
Le iba a decir que cuente conmigo, pero no debería usted fiarse de una sardina tan perezosa como yo. De todos modos tengo por delante todo un verano de retiro espiritual y una montaña de lecturas pendientes. Quizá sí que pueda echarle una mano.
Leí Saber perder hace ya casi cuatro meses, y desde entonces el libro sigue vivo en mi cabeza. Me acordé de él especialmente la última vez que vi Madrid: el Bernabeú, las furgonetas llenas de inmigrantes sudamericanos... Me acuerdo también cuando hablo con algún amigo que tengo profesor de música, o cuando veo por la calle a las niñas instituteras dándoselas de mayores.
Estoy contento porque pensé que era el único al que le había impactado este libro, y creo que no se le ha hecho justicia en la escena cultural española. Claro, como no lo ha escrito Ruiz-Zafón...
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